El pasado viernes día 1 de junio de 2018 los alumnos y alumnas de 5º y 6º de Educación Primaria del colegio San Vicente de Paúl de Zaragoza pusimos el broche final a nuestra experiencia como emprendedores y emprendedoras a lo largo de este año. ¡Por fin llegó el mercadillo de las cooperativas de Ibercaja!
En el mes de septiembre se nos propuso un gran reto: crear nuestra propia cooperativa escolar para elaborar nuestros propios productos y venderlos en un mercadillo al final del curso. De este modo decidimos crear dos cooperativas formadas por los alumnos y alumnas de 5º por un lado (“Benycom”), y los de 6º por otro (“Cocoloco”).
A lo largo de estos meses nos hemos tenido que enfrentar a la realidad de lo que supone organizar una entidad y trabajar en equipo, desde votar los cargos directivos hasta organizar departamentos de trabajo. ¡Cuantísimas cosas hay que hacer que antes pasaban desapercibidas para nosotros! También hemos comprendido lo importante que es saber trabajar en equipo para tomar todas las decisiones, y que dentro de un grupo podemos tener diferentes opiniones que sean igual de válidas.
Tras todo el proceso de elección de cargos directivos (presidente/a, secretario/a y tesorero/a), inversión simbólica del capital social, formación de departamentos, votación de nombre, logo, producto (y un largo etcétera), nos pusimos manos a la obra con la producción de los artículos que más tarde íbamos a vender: marca-páginas, llaveros, imanes, bisutería, sujeta-móviles, posavasos, etc.
¡Y por fin llegó en ansiado momento! El mercadillo. Todos los colegios que participábamos en el proyecto nos juntamos la mañana del día 1 de junio en la calle San Ignacio de Loyola, tras el edificio de Ibercaja. Allí cada cooperativa teníamos nuestro puesto, el cual nos encargamos de decorar y hacer lo más atractivo posible para nuestros inminentes clientes. Cada uno teníamos nuestra tarea: decorar el puesto, colocar los productos, revisar que todo estuviese de manera correcta, anunciar nuestros productos e incluso atraer clientela. Aún así, esta última no se hizo esperar. ¡Un aluvión de padres, madres, abuelos, familiares y viandantes se acercaron a nuestro puesto nada más empezar la mañana!
Nos lo pasamos en grande promocionando nuestros productos y vendiéndolos a los clientes. ¡Tal fue el éxito que cuando nos quisimos dar cuenta habíamos agotado todas las existencias!
Sin duda esta ha sido una gran experiencia para todos nosotros que no olvidaremos en mucho tiempo, y estamos deseando de volver a repetirla en los próximos años.